NOTAS DE LA PRIMERA DAMA

EL HONOR DE COMPARTIR CON LAS MUJERES ITUANGUINAS

Durante el último mes en la ciudad de Medellín he tenido el honor de compartir con muchas de las mujeres que conforman la Asociación de Mujeres Ideales de Ituango, quienes vienen desarrollando los proyectos orientados por la Secretaría de Equidad de Género del Departamento de Antioquia; ello con el apoyo del País Vasco y el acompañamiento continuo de la Administración Municipal.

Nuestros encuentros se han efectuado en distintos escenarios de capacitación a través de los cuales he podido confirmar su crecimiento y fortalecimiento como equipo de trabajo y su decidida participación para hacer realidad los propósitos de su organización con diferentes propuestas de inversión que sin duda lograran un importante posicionamiento en Ituango.

Es maravilloso observar como estas mujeres han cambiando el rumbo de sus vidas, como han aprendido a confiar en sí mismas y cuanto han madurado como equipo, buscando encontrar un punto de equilibrio que les permita superar las limitaciones y dificultades propias de los grupos, hoy son más conscientes de su liderazgo individual y colectivo, pues han aprendido a asumir verdaderos retos de mejora continua tanto personales como grupales.

Es un privilegio para la Primera Dama tener la oportunidad de interactuar con las mujeres de Ituango, conocer sus intereses, sus historias, sus sueños y verificar que estamos frente a un potencial social invaluable, determinado a liderar su proyecto de vida, pero confiado absolutamente en la trascendencia de los afectos, en su maternidad amorosa, en sus historias de pareja y en su indeclinable propósito de ser amadas.

Los resultados obtenidos en los dos últimos años por la Asociación de Mujeres de Ituango reafirman nuevamente que la comunidad sigue orientada en la lucha por alcanzar sus ideales, decidida a cambiar su historia, comprometida en construir un nuevo horizonte sociofamiliar en el que las mujeres son actoras al igual que los hombres, que trabajan en equidad junto a ellos, que son productivas afectiva y económicamente.

Cuando una sociedad pone en equilibrio los derechos de hombre y mujeres que por igual deciden sobre sus vidas, asumiendo con responsabilidad y madurez los efectos de sus determinaciones, abre un nuevo camino para las generaciones venideras en las que la equidad de género se constituye en su principal fortaleza.

Un abrazo para todas.

ANGELA MARIA URIBE LONDOÑO