miércoles, 19 de mayo de 2010

Así se veía Ituango en la oscuridad

Hoy a las 11:30 de la mañana, por fin volvimos a tener luz eléctrica después de casi cuatro días sin ella. Dentro de todo lo difícil que fue sobrevivir a oscuras  algunos puntos positivos de esta situación fueron: Retomar el valor de las cosas sencillas, volver la mirada al cielo y descubrir las estrellas y la luna en su cuarto creciente. Degustar el sabor de la carne salada, aliñada y ahumada y ese sabor encantador de la carne curada, como en los viejos tiempos.




Anochece en Ituango y así se deja ver el horizonte en nuestro cielo Ituanguino.
La gente se volvió a reunir en sus cuadras y hubo espacio no solo para la fogata, sino para el diálogo, las historias de miedo, de antaño y de ahora.


Un cielo que invitó a compartir con ancianos, niños, jóvenes y adultos el chocolate caliente y espumoso, recién batido, con arepa caliente asada en leña en algunas partes o en fogón de gas en muchas otras.


Una esquina del parque principal. Al fondo los negocios adornados con una vela en cada mesa.  Pese a la oscuridad y al temor de muchos, la gente salió a las calles, la peatonal, al parque, en fin encontró maneras diferentes de entretenerse y de pasar el tiempo antes de irse a la cama.


La noche oscura invitó a degustar la morcilla, las empanadas, la picada de asadura, la chunchurria, la longaniza, entre otras delicias en el "Palacio del colesterol" ituanguino.



Una imagen nostálgica: La vela en el candelabro, volvió a la escena, como también las caperuzas, los faroles, las linternas y todo cuanto resultase útil para vencer la oscuridad.

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