domingo, 11 de julio de 2010

NOTAS DE LA PRIMERA DAMA: REFLEXION SOBRE FAMILIA Y SOCIEDAD



Un sentido saludo para todos y todas:

Conociendo el sentimiento de amor de los Ituanguinos por su pueblo, sentimiento que comparto porque es imposible conocer a Ituango y no amarlo, pero no solo se trata del pueblo como tal, de su luz, su naturaleza y su alegría, se trata de quienes lo habitan, de sus gentes, lo que hace que esta tierra bendecida por Dios sea inigualable.

En ese orden de ideas y enfatizando en la calidades de las y los Ituanguinos, escribo esta nota con la esperanza de que ella contribuya a la reflexión sobre la importancia de la familia como célula fundamental para la construcción de la vida social, pero muy especialmente para garantizar su vigencia y desarrollo y un mejor futuro colectivo e individual.

La familia es el valor más importante para el individuo y esta debe consolidarse y fortalecerse permanentemente, pues es la red de apoyo fundamental con la que niños, jóvenes, adultos y ancianos cuentan para asumir las distintos ciclos de vida, indispensable para compartir la felicidad al igual que los avatares de la vida. La familia es entonces el principio y el fin de los individuos, solo a través de las relaciones familiares aprendemos la importancia de la solidaridad y el respeto por el otro, comprendemos la trascendencia y magnitud de los afectos y nos forma paso a paso para contribuir de lleno con la comunidad.

Es al interior de la vida familiar que aprendemos a interactuar, que desarrollamos nuestra personalidad, habilidades y competencias, pero muy especialmente es la familia un factor motivador que nos da a todos razón para vivir. El amor y el calor familiar lo superan todo, alivian todos los males y forman al individuo para asumir las distintas pruebas de la vida.

Amemos y fortalezcamos los lazos familiares, padres e hijos, esposos, hermanos, tíos, primos y abuelos, como esa gran red de apoyo que Dios ha puesto en la vida de las personas para darle un sentido a todo. Pensemos en esto y en que cada familia fortalecida en Ituango contribuye  igualmente a fortalecer a toda la comunidad. Pensémonos en familia, démosle un hogar a los niños que están en formación, a los jóvenes que necesitan de orientación, a los adultos que reclaman el apoyo para enfrentar el día a día y a los ancianos, tesoro inigualable de sabiduría y afecto que requieren de protección.

Con afecto,

ANGELA MARIA URIBE LONDOÑO

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